Mi querido hermano:
Cuando la angustia me invade por las noches y la necesidad de voltear al cielo para vislumbrar la majestuosidad de la creación, me pregunto, ¿estarás viendo lo mismo que yo? Una pregunta que no sólo yo me hago, sino la familia, amigos y compañeros que te extrañan.
Ante la adversidad, la fe que me produce tu pronto regreso hace que me tranquilice. Sé que te encuentras bien, hermanito. Algo en mi corazón me lo dice, que pronto volveremos a reír juntos y pasar por este trago amargo que no me hace más que pensar en nosotros, en tus niños y en toda la familia que te espera gustosa.
Hermanito, las fuerzas de mi corazón y alma están contigo. Sé que estas bien, sé que piensas en nosotros, tus alegrías no serán borradas, tu regreso es lo que me hace sobrevivir, tantas cosas que hemos vivido y las que nos faltan. Ruego por tu pronto regreso con la gente que te ama.
Me vienen a la mente las enseñanzas que me dejas, eres un ejemplo de hombre, la manera de defender tus ideales, cómo te entregas a tu faceta de padre, como hijo y, sobre todo, cómo te desenvuelves como primo. Eres mi mayor inspiración, hermanito. Quiero que regreses a nuestro lado y poder decirte todo lo que en este momento esta alma triste guarda.
¡Camarada, tú sabes que mis oraciones son dirigidas a ti! No quiero flaquear ni tropezar, quiero que me escuches y me des tu sabio consejo. Frente a la tormenta tú siempre me ayudas. Por amor de Dios, quiero volver a escuchar tus palabras de aliento y de felicitación. Sabes lo mucho que hemos vivido juntos y, como te repito, aún nos hace falta conocer muchas cosas de este mundo. Nada ni nadie nos va a impedir que volvamos a charlar sobre la vida.
Te estamos esperando con los brazos abiertos. Pronto éste trago amargo será endulzado con tu presencia para seguir caminando por los senderos de la vida, que en este momento nos ha puesto esta prueba. Te extraño, hermano, y todas las noches, cuando volteo al cielo, tu cara se me hace presente y el brillo de las estrellas me recuerda tu sonrisa. Ese cielo nocturno que tantas veces nos cobijó, es el mismo que nos cobija a la distancia, te protege y te cuida.
Te quiero mucho, mi hermanito del alma, y nuestro encuentro no va a tardar.